Estos dos últimos meses no han sido fáciles para nuestro equipo del sur de Asia. Nuestro coordinador nacional y su esposa, quien es educadora en el PEPE, se enfermaron con la fiebre tifoidea. Después de un largo tiempo de oración, ambos se recuperaron.
Pero en octubre, nuestra educadora, que todavía no podía salir de casa porque se sentía débil, llamó a dos familias de nuestros niños del PEPE y oró con ellos. Conociendo el estado de la educadora, las familias fueron a visitarla y ella pudo compartir con ellos sobre el mensaje del amor de Dios, allí estas dos familias aceptaron saber más de Jesús.
Y eso no es todo. Como los niños/as del PEPE no pudieron regresar a las actividades debido a las restricciones del gobierno local, ella comenzó a recibir algunos niños/as en su casa, para enseñarles y compartir sobre el amor de Dios.
Esa educadora es una inspiración para muchos de nosotros, pues, a pesar de que aún se está recuperando de las secuelas de la fiebre tifoidea, ¡su amor por los niños, las familias de PEPE y el Padre la hace continuar con su ministerio desde su casa!
Las clases están regresando de manera gradual. Este mes, las clases del octavo al décimo segundo grado ya están siendo realizadas presencialmente. Esperamos el regreso pronto de los demás grados, incluyendo el preescolar.
Porque en el PEPE es así: Dios nunca deja de trabajar, nosotros tampoco. Necesitamos que usted también no se detenga. ¡Siga orando y contribuyendo con el PEPE!
Halima Ferreira
Coordinadora Regional de PEPE en Asia del Sur
Traducción – Carla Freitas