Mateo, uno de los niños inscritos en el PEPE Angelitos de Dios, del estado Portuguesa, en Venezuela, se enfermó gravemente y le diagnosticaron desnutrición severa, hecho que generó mucha preocupación en el equipo local y nacional del PEPE. Mateo fue incluido en el programa “Hay Hambre en el Mundo” (HFM – sigla en portugués para “Há Fome no Mundo”), de la Junta de Misiones Mundiales, y comenzó a ser cuidado con la harina enriquecida FE (sigla en portugués para Farinha Enriquecida), producida a base de granos y hojas verdes, que fue incluida en su alimentación diaria.
Su madre Yesenia, que sufría durante mucho tiempo y se sometía a transfusiones periódicas de sangre, animada por su hijo, le preguntó a la Misionera-Educadora si ella también podría consumir la FE. Como resultado, siete meses después, los médicos liberaron a Yesenia de la necesidad de someterse a transfusiones de sangre o tomar medicamentos.
Mateo, el hijo, ya está más fuerte y ha logrado subir de peso, tiene los ojos más brillantes y una mejor salud nutricional. Este testimonio impactó a toda su familia, por lo que todos aceptaron a Jesucristo y actualmente se están integrando a la iglesia y aprendiendo los primeros pasos en la vida cristiana.
¡Qué alegría y privilegio poder ver este milagro con mis propios ojos, recientemente, cuando visité los proyectos del PEPE en Venezuela!
Esta historia es el resultado del trabajo solidario de todo el equipo del PEPE y de todos los que cooperan con sus oraciones y aportes a este ministerio. Además de esta, otras historias de vida, salvación, salud, restauración, oportunidades educativas se están escribiendo en la vida de más de 20,000 niños y niñas que forman parte del PEPE en los 32 países donde actuamos este año 2022. Con alegría podemos decir: “Hasta aquí nos ayudó el Señor…” porque servimos con la compasión que Jesús nos enseñó.
Sin embargo, el trabajo no ha terminado. La misión no está completa. Hay muchos otros niños, niñas y familias en todo el mundo que no están siendo alcanzados. Termina el año 2022, pero se presenta un nuevo año con nuevos desafíos, el mayor de los cuales es completar la misión que el Señor nos encomienda, la de hacer discípulos a todas las naciones, pueblos, etnias, edades y generaciones.
¡Vamos juntos completar la misión alcanzando también a los niños y niñas para Jesús!
Terezinha Candieiro
Coordinación general del PEPE Internacional