¡Estoy en Venezuela! Poder decir eso me da mucha alegría porque hace mucho tiempo que tenía este deseo en mi corazón. Recuerdo cuando Ruth Cordero, quien actualmente es la coordinadora nacional del PEPE en Venezuela, me dijo en broma: “¡Mi hermana Carmen, pásate por Venezuela y ayúdanos! Y ese se ha convertido en mi objetivo durante los últimos años.
También recuerdo que, en 2014, siendo misionera en Colombia, conocí a una familia de venezolanos que al escucharme hablar del PEPE me preguntaron asombrados: “¿Por qué el PEPE aún no llega a Venezuela? Dos años después, el sueño se hizo realidad.
En 2016 llegamos a este país alcanzando a los primeros 20 niños/as. Pronto el PEPE creció y hoy contamos con más de 1500 niños/as que cada año reciben el cariño y cuidado de los 146 misioneros educadores y 12 coordinadores de área. Son hombres y mujeres de brío, que cumplen las palabras que Dios le dio a Josué de ser fuertes y valientes, derribando muros sin miedo, sin desmayar, confiando en el Dios de las misiones, en el Dios del PEPE.
Durante esta visita, realizamos una reunión de actualización con miras al cumplimiento de nuestro plan de acción. Recordamos los puntos importantes y destacamos aquellos que necesitan mejorar. También conversamos sobre la importancia de la rutina diaria del PEPE, evangelismo de los niños/as a través de historias bíblicas, ambientación, protección de los niños/as, preparo y envío de noticias, entre otros temas que surgieron durante los dos días que estuvimos juntos.
El tiempo de capacitación fue muy bueno, pero tengo que resaltar la alegría de poder abrazar a cada coordinador que solo conocía de nombre, foto y a través de los cultos virtuales que realizamos mensualmente. Algunos viajaron más de 24 horas en bus, cruzaron ríos, caminaron mucho para llegar a Araure, donde hicimos la reunión. Uno de los coordinadores me dijo: “¡Fue difícil llegar, pero valió la pena todo el esfuerzo!”. Otro coordinador, que también es pastor, me dijo: “¡Me voy de aquí amando mucho más al PEPE!”.
Alabado sea Dios por todo el amor y valentía de nuestros hermanos venezolanos. Necesitan nuestra ayuda con ofrendas y oraciones para que más niños/as puedan ser alcanzados para Cristo a través del PEPE. Hoy puedo decir: ¡valió la pena visitar Venezuela!
Carmen Ligia – Coordinadora continental de PEPE Américas
Traducido por: Vládia Maria Silva Soares