Un hijo que no renunció a su padre

José Matías* es un hermoso niño de 05 años de edad nacido en una familia con pocos recursos financieros, pero con mucho amor. Está en el 2do año del PEPE, en Bolivia, y además de ser muy inteligente, demuestra con sus acciones un gran cariño hacia todos sus compañeros de clase. Él es siempre puntual y alegre. Le gusta realizar todas las tareas encomendadas por la misionera-educadora para poder salir corriendo alegremente por el pasillo para disfrutar cada minuto del recreo, jugando con sus amiguitos.

Al escuchar del amor de Dios en el PEPE, José Matías comenzó a invitar a toda la familia a ir a la iglesia con él. Su madre no se mostró reacia en aceptar la invitación, pero su padre no quería pisar en la iglesia en absoluto. Parecía una tarea casi imposible, pero José Matías no se rindió con su padre y siguió invitándolo y orando por él. Hasta que en el Día de los Padres del año pasado él logró llevar su padre a la iglesia por primera vez para asistir a su presentación con los otros niños/as del PEPE.

Durante un tiempo, el padre de José Matías siguió demostrando desinterés por seguir los pasos de su hijo. Pero poco a poco su actitud cambió cuando se dio cuenta de que su hijo amaba al PEPE y se quedaba muy feliz cuando llegaba domingo para ir al templo. Dios usó el testimonio de José Matías para tocar el corazón de su padre. Hoy, toda la familia ha aceptado a Jesús como salvador y podemos ver a los padres llegando para los servicios en el templo, tomados de la mano de su hijo.

¡El PEPE existe para transformar la vida de los niños/as y también de sus familias! Transformar vidas es un gran desafío porque requiere amor y entrega, como la que hizo Jesús cuando se entregó incondicionalmente por la salvación de tantas personas. Transformar es hacer la diferencia en la vida de los niños/as y sus familiares como lo hizo Jesús en nuestras vidas.

Carmen Andrade
Coordinadora Continental PEPE Américas

* nombre ficticio