En 2019, dos hermanitos, Adam y Martina Figueroa, llegaron al PEPE en Mendoza, Argentina. Además de ellos dos, tenían otra hermanita llamada Brunella que junto con su padre y su madre Elizabeth, al ver cómo en el PEPE se trataba a los niños y a las niñas con tanto amor, rápidamente empezaron a querer saber más de Dios. Entonces la familia fue a los servicios de la iglesia y otras reuniones, mientras los niños estaban felices en PEPE.
Ese mismo año, la tragedia golpea a la familia cuando muere el padre. Ahora, Elizabeth tiene que cuidar a sus tres hijos sola, sin hogar ni trabajo. Recibió todo el apoyo de la misionera-educadora del PEPE, de toda la iglesia y del Grupo de Mujeres y, al poco tiempo, logró conseguir trabajo y también encontró una casa para vivir con sus hijos.
Con la base que recibió en el PEPE, Adam continuó sus estudios y fue distinguido en la escuela como el mejor alumno. Actualmente está en su segundo año de secundaria y es discipulado en la iglesia mientras se prepara para ser bautizado. Sigue en el PEPE, pero ahora como voluntario apoyando a los más pequeños, mientras su madre se ofrece como voluntaria preparando y sirviendo la merienda. Su hermana Martina se graduó del PEPE en 2021 y cursa su primer año de primaria participando en el Programa de Apoyo Escolar. Brunella, su hermanita menor, ya ingresó al PEPE Huellitas para dar los primeros pasos en su preparación académica. Ver a la familia en la iglesia trae mucha alegría y demuestra una vez más cuánto necesita el niño/a el cuidado integral de la iglesia, llegando también a su familia.
¡Que Dios bendiga a los PEPE’s de Argentina para que sigan cuidando y llevando el amor de Dios a muchos niños y niñas y, al mismo tiempo, lleven a Jesucristo a sus hogares!
Graciela Alencastro
Coordinadora nacional de PEPE Argentina
Traducido por: Nadia Naiara Veras Araújo