En Hechos 16:31 podemos leer una gran promesa que ahora podemos cosechar en nuestro PEPE: » Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y todos los de tu casa.». En nuestros PEPEs trabajamos de la siguiente manera: sembramos la buena semilla para cosechar vidas transformadas. Llegamos al corazón de los niños y niñas que, en consecuencia, siembran el evangelio que les llegó, en el corazón de sus familias. Los niños/as conocen a Jesús en el PEPE y es precisamente ellos quienes presentan a Jesús a sus familias. Creyendo en esta realidad, seguimos trabajando para que el poder de Dios transforme la vida de muchos niños/as. ¡Estamos muy felices porque Dios nos ha dado este gran regalo de ver vidas transformadas por su gran amor!
En el barrio Usina, en la región de Misiones, había una casa abandonada que siempre nos llamó la atención, y soñamos con tener en ese lugar un hermoso PEPE. Después de mucha oración y muchos contactos, la Cámara Municipal nos cedió la casa para realizar labores sociales. Así nació el primer PEPE argentino el 2 de mayo de 2011, que llamamos “Rayito de Sol”, que en portugués significa: Rayos de sol. Lo llamamos Rayito de Sol porque en Misiones la lluvia cae todos los meses del año, ocultando el sol. Dios nos dio la alegría de poder cuidar a 20 niños/as en ese primer año, nuestros primeros pepitos y pepitas.
Una de nuestras niñas se llamaba Fernanda Galarza. Llegó al PEPE con solo 3 años y se destacó entre los demás niños/as por ser muy delgada y de baja estatura. Tan pronto llegan al PEPE, los niños/as reciben un delicioso almuerzo, preparado por un equipo de voluntarios, y recién entonces iniciamos las actividades. Pasó el tiempo y nuestros primeros niños/as crecieron y se convirtieron en adolescentes, entre ellos la pequeña Fernanda.
El PEPE también ha ido creciendo y organizando diferentes actividades para llegar a las familias de los niños/as: el Pequeño Grupo de Madres; el Programa de Alfabetización de Adultos (donde las madres aprendieron a leer y escribir, y ya nos envían textos bíblicos en sus teléfonos celulares); y una actividad llamada Hora Feliz, que reúne hasta 60 niños/as cada sábado, y así podemos mantener el contacto con los niños/as que atendemos en la actualidad y exalumnos de los PEPEs, incluyendo a sus hermanos. Cada primer domingo celebramos el Culto en Familia; Seguimos realizando el PEPE VAI, incluso en vacaciones, manteniendo el vínculo con las familias; Ofrecemos diferentes talleres para las madres (cocina, costura, manualidades etc.) y cerramos el año con una actividad navideña que llega a los niños/as y las madres simultáneamente, desarrollando actividades como juegos y clases de cocina, enseñando a preparar deliciosas recetas.
En febrero de este año celebramos los primeros 10 años del PEPE en aquella comunidad, ocasión en la que se bautizaron varias madres y un padre. Pero nuestra mayor alegría fue participar en la fiesta de nuestra primera ex-pedita bautizada, Fernanda, que ahora tiene 13 años. A través de Fernanda toda la familia está hoy en la iglesia alabando al Señor y viviendo el poder de Dios que ha transformado y sigue transformando sus vidas.
Graciela Alencastro
Coordinadora Nacional del PEPE Argentina
Carmen Ligia (edición de texto) – Coordinadora Continental del PEPE Américas