El Salvador se encuentra entre los tres países más pobres del hemisferio occidental, teniendo 44% de los niños y niñas viviendo en la pobreza. La violencia de las pandillas es un problema generalizado en el norte de Centroamérica, y los niños y niñas son objeto de reclutamiento, abuso e incluso asesinato. Según UNICEF, en El Salvador, 365 niños y/o niñas fueron asesinados solo en 2017.
Nuestro país actualmente enfrenta muchas situaciones de riesgo. La población necesita una vivienda y una comida digna. Las altas tasas de violencia y desempleo golpean duramente al pueblo salvadoreño. Todo esto ha descuidado la primera infancia, porque en las áreas de mayor riesgo sus padres mueren como resultado de la violencia, y en las áreas donde no lo hace, están «huérfanos figurativamente» debido a las migraciones existentes. Las familias se desintegran en busca de trabajo, comida y vivienda hasta que alcanzan la realidad vivida en las zonas fronterizas. La inseguridad está latente, las personas abandonan sus hogares por el bien de sus familias.
El PEPE llegó a El Salvador en el año 2014, siendo un gran impacto y bendición para nuestro país hasta ahora. Nació con el objetivo de llevar esperanza a los corazones de los niños y niñas a través de Jesucristo, aprovechando la mejor etapa del crecimiento físico, cognitivo y espiritual del niño y niña, así como promoviendo valores sociales para que sean agentes de cambio y futuros misioneros. Actualmente contamos con 53 Misioneros Educadores que trabajan en diferentes áreas del país. Atendemos a un total de 447 niños y niñas distribuidos en 20 unidades. Tenemos 5 coordinadores de área y 4 miembros en el área administrativa.
El PEPE va de la mano con la Iglesia y la comunidad a través de proyectos comunitarios como huertos familiares donde los padres pueden sembrar y cosechar, jornadas médicas donde no solo nuestros niños y niñas se benefician sino también sus familiares y el programa nutricional que incluso incluye a los hermanos de nuestros niños y niñas de hasta 14 años.
El Equipo Nacional de Trabajo tiene muchos sueños y metas para los próximos años, como por ejemplo que el Programa se inserte en el Programa de Estudios del Ministerio de Educación. Otro de nuestros objetivos es que cada unidad pueda fortalecerse aún más para alcanzar el nivel básico. ¡Ayúdanos en oración para lograr estos objetivos!
Comenzamos una campaña con un plan para evangelizar a los niños y niñas en nuestros PEPEs. A través de la fidelidad divina en menos de un mes hemos ganado a 17 niños y niñas para Cristo y continuamos compartiendo el evangelio para que no solo los pepitos y las pepitas abran sus corazones, sino también sus padres, lo que lleva al impacto inmediato de la comunidad.
Todavía hay mucho por hacer en nuestro país para que 100% de la población sea alcanzada por Cristo. Muchos nos han animado a continuar este trabajo que el Señor nos ha confiado y estamos seguros de que el PEPE es el futuro de El Salvador. Sabemos que estamos sembrando en suelos fértiles, hemos visto los resultados y seguiremos firmes.