Los Aché son un pueblo que ha abrazado el evangelio en forma colectiva, entendiendo que la decisión individual también fue parte del proceso. Al escuchar y entender el mensaje de amor y salvación dijeron: esto es lo que nosotros decíamos cuando vivíamos en el bosque y mirábamos las estrellas y todo el firmamento: -debe haber alguien muy poderoso e inteligente que hizo todo esto…Y ahora sabemos quién fue…Cristo Jesús.
Decían que sabían que había un ser bueno y creador de la naturaleza al que llamaban “Apa Wachu” (Padre Grande) y que también había un ser maligno al que llamaban “Anjawe” (ser malo) que destruía la naturaleza y hacia que el hombre tenía un comportamiento malo o egoísta.
Los aché recibieron a Jesús como salvador en forma grupal y se bautizaron todos los miembros adultos de una vez.
Ellos no adoraban a dioses o seres de la naturaleza…si tenían símbolos de fuerza y temor como el jaguar y la luz de gas natural llamado “beirendy”, una luz que a veces alumbraba el bosque pasando como una ráfaga sobre su campamento y ellos tenían miedo de esto pues no entendían como aparecía y desaparecía sin dejar rastro.
La foto presentada es particularmente una representación del poder del evangelio: Mi suegro don Rodolfo Fostervold predicando en español, porque no manejaba muy bien el aché. Estas dos personas que están atentos y muy cerca de él- como María a los pies del Señor- Hasta hoy son las personas más fieles y perseverantes en la fe y ella, especialmente es una mujer con un ministerio poderoso de oración e intercesión.
Directora de Asuntos Indígenas y Educación Ache Guaraní Profesora Rosalba Fosterbolt