Dios cuidando de mí mientras cuido a los demás

Una de las grandes luchas que enfrentamos dentro de nuestros hogares es cuando tenemos un miembro de la familia que aún no es parte de la familia de Dios, ya que aún no ha aceptado a Jesús como Señor y Salvador. Justamente eso estaba pasando en la casa de una de nuestras colaboradoras del PEPE, Caritas Felices, en El Salvador, y queremos compartir su testimonio ahora.

Hayde de Magaña es el nombre de una querida hermana, que se encarga de cocinar el alimento para los niños/as que estudian en ese PEPE. Se convirtió a Cristo cuando aún era una niña y dice con alegría que ha sido cristiana toda su vida. Ella tiene dos hermosas hijas adolescentes, pero su esposo no era cristiano, lo que la llevó a pasar por momentos muy difíciles en su vida, defendiendo su fe en Jesús. Tuvo una gran lucha para desarrollar los ministerios en la iglesia, ya que no tenía la aprobación de su esposo. Aun así, ella continuó sirviendo al Señor, soñando con poder ayudar a los niños/as en su vecindario.

Dios comenzó a responder su oración a principios de 2019, cuando su pastor la llamó invitándola a servir a Dios preparando los alimentos para los niños del PEPE, una invitación que ella, con toda alegría y sin dudar, ¡respondió con un gran y fuerte SÍ! Nuestra hermana Hayde comenta que, aunque la iglesia a veces no tenía los recursos para comprar la comida para los niños, compartió parte de lo que su esposo le daba para la comida en la casa. Con gran emoción, nos cuenta que cada vez que donaba lo que tenía, alguien acudía de inmediato a su casa y le daba lo mismo que ella había dado, en la misma cantidad.

Y esta semana, cuando debido a la cuarentena pasaron más tiempo en familia, siempre fueron acompañados en oración por todo el equipo del PEPE. En un hermoso día, el coordinador del área del PEPE llamó para pastorear a toda la familia, compartiendo un texto bíblico y orando por ellos. Para su sorpresa e inmensa alegría, esa misma semana, durante un servicio familiar, su esposo, que ya estaba siendo tocado por Dios, ¡aceptó a Jesús como su único y suficiente Salvador Personal! Gloria a Dios porque el PEPE llevó a Jesús a la vida de mi esposo y ahora puedo decir que: «¡Yo y mi casa servimos al Señor!».

Verónica Torrento
Coordinadora nacional PEPE El Salvador

Edición de texto: Carmen Ligia – coordinadora continental PEPE Américas