Fue en Sinthiurudje, un pequeño pueblo musulmán de la etnia Pular en la región sur del país, que en 2007 la primera unidad del PEPE comenzó a llevar esperanza para los niños de Senegal. En 2010 una segunda unidad fue abierta en la ciudad de Kedugu. Estas dos unidades fueron parte del trabajo de equipos de Radicales y funcionaron durante el período en que los equipos permanecieron en las respectivas localidades; siendo que la unidad de Kedugu continuó por otros dos años con obreros locales. En 2011 se estableció una coordinación nacional interina del PEPE y en ese mismo año también se implantó la unidad Dund Gi en la ciudad de Mbour con el objetivo de servir de modelo para otras unidades que nacerían después.
En 2013 se inició el entrenamiento de una coordinadora nacional autóctona y a partir de entonces otras iglesias y misiones firmaron asociación con el programa que hoy cuenta con 12 unidades en funcionamiento y un gran potencial de expansión.
La iglesia senegalesa todavía es pequeña y en algunas regiones la presencia evangélica es casi inexistente. Muchas veces nos faltan recursos financieros y humanos. A veces, las unidades no están abiertas porque en las iglesias locales no encontramos Misioneros Educadores con nivel educativo necesario para servir en las varias unidades del PEPE. El desafío es enviar Misioneros Educadores de una determinada iglesia para servir en otras localidades, principalmente en el interior. Trabajamos con un lema que expresa el ADN misionero «cada iglesia una unidad del PEPE y cada unidad del PEPE una iglesia».
A lo largo de estos diez años muchos niños y niñas pasaron por las unidades del PEPE esparcidas por el país. Llegan llenos de vida en sus pequeños pasos y son acogidos con mucho cariño y expresión del amor de Cristo. Viven años de descubrimiento y desarrollo recibiendo una educación de calidad. Cuando parten llevan consigo la semilla del evangelio plantada en sus corazones.