«El señor es mi pastor; Nada me faltara”. Este versículo del Salmo 23 ha sido nuestra fortaleza en los PEPEs, porque queremos que tanto nuestras misioneras educadoras como los niños/as y sus familias aprendan a confiar totalmente en Dios, que es nuestro pastor y nunca permitirá que algo nos falte. Es maravilloso ver como puertas son abiertas y como Dios usa nuestras vidas para alimentar a niños/as y llevar el amor en cada uno de ellos. Esta ha sido la experiencia de nuestra Coordinadora de los PEPEs en Argentina. ¡Ella nos ha compartido de su alegría por hacer la diferencia en la vida de los niños/as, pues en Argentina el PEPE NO PARA!
En este tiempo de pandemia, hay pocas posibilidades de trabajo en la ciudad. Además, estamos en un período muy frío en la provincia de Misiones, de Argentina. Las casas no son adecuadas para soportar el frío severo, los niños/as no tienen ropa adecuada para mantenerlos lo suficientemente calientes y los padres no tienen los recursos financieros para proporcionarles la comida que necesitan.
Pensando en la realidad de los niños/as y sus familias, decidimos unirnos para preparar una merienda deliciosa y muy caliente para calentar a los niños/as. Varios jóvenes de la Iglesia Bautista local, entre ellas nuestras misioneras educadoras, se unieron donando los ingredientes y también su tiempo para preparar la merienda. Este movimiento atrajo tanto entusiasmo a todos, que decidimos llamarlo Merienda Solidaria. Debido a este movimiento, incluso pudimos programar reuniones de oración con las madres de los niños/as que frecuentan el PEPE.
Me sentí muy feliz y agradecida al Señor por el privilegio de compartir el alimento con las familias de los niños/as. Pudiendo así, ayudar a amenizar un poco el hambre y contribuyendo a dar calor en este tiempo de frio intenso de invierno.
Graciela Alencastro
Coordinadora nacional PEPE Argentina
Edición de texto: Carmen Ligia – coordinadora continental PEPE Américas