El 3 de mayo, PEPE Internacional promovió una nueva edición de su Jornada de Oración, un movimiento global de intercesión con un enfoque especial en los niños atendidos por el programa. Durante 24 horas seguidas, personas de diferentes partes del mundo se unieron con un solo propósito: orar por ellos.
Con el tema “Fortalecidos en el Señor”, inspirado en Efesios 6:10, más de 500 participantes, entre misioneros, líderes locales y socios, representaron a 44 países en esta gran cadena de oración. Cada equipo tuvo 30 minutos para dirigir el momento en su idioma: portugués, español, francés o inglés. Y fue hermoso ver también a proyectos aliados sumando fuerzas, como los de educación de la JMM, Infancias, Defensa de Derechos y Proyecto Calzada.
El enfoque de la jornada fue clamar por protección, sustento y valorización de los niños, además de pedir paz y provisión para sus familias. También oramos para que las iglesias abracen aún más la misión de cuidar de la infancia con amor y compromiso.





Un momento conmovedor fue el encuentro con una niña en una de las unidades del PEPE. Ella pidió oración por su madre, que estaba muy enferma. Después de orar juntas, ella aprendió que también podía hablar con Dios. Más tarde, llegó la noticia: su madre había sido sanada, y toda la familia comenzó a asistir a los cultos de la iglesia. Todo comenzó con una simple oración.
Esa es la belleza de hablar con Dios. Él escucha, responde y transforma. En la Jornada, levantamos nuestras voces en diferentes idiomas, pero con el mismo corazón. Porque oramos por amor, y ese amor nos impulsa a continuar.
Seguimos firmes, creyendo que, mientras oramos, Dios actúa. Y los niños del mundo son alcanzados con esperanza.