Cada año ha sido un gran desafío para los países de Centroamérica, cuando necesitan prepararse para recibir el período de tormentas tropicales. Este año, con la pandemia aún muy extendida en Honduras, nos enfrentamos, con la llegada del huracán ETA y una fuerte tormenta tropical que ha desplazado a muchas familias en varios puntos de nuestro país, entre ellas, 21 familias que pertenecen a nuestro PEPE.
A pesar de las tormentas y de la pandemia del Covid-19, el PEPE no se detuvo en Honduras. Agradecemos mucho a nuestro Dios porque no nos faltaron las fuerzas para seguir enseñando a los niños. Este año, a pesar de que la mayoría de nuestros salones del PEPE son virtuales, nuestros valientes misioneros-educadores de Intibucá, una región muy necesitada donde tenemos varias unidades del PEPE, celebraron el día del niño con mucha alegría.
Cada oportunidad de estar con los niños está bien aprovechada. En esa ocasión, les entregamos ropa y material educativo a todos para que sigan desarrollándose en sus hogares de manera creativa. Y no podíamos dejar de entregar una canasta con comida, porque en nuestra realidad, todavía tenemos muchos niños sin alimentos adecuados y nutritivos, entonces ellos necesitan nuestra ayuda. Nuestro Dios ha multiplicado de tal manera que pudimos entregar canastas de alimentos básicos y kits dentales a todos los niños de las unidades del PEPE en Los Naranjos.
Pedimos a los hermanos que sigan orando por los PEPEs en Honduras y por el gran desafío que tenemos de superar las barreras de la pandemia, los huracanes y las tormentas tropicales.
Alejandra Milla
Coordinadora nacional del PEPE Honduras
Carmen Ligia – Edición de texto